Compártelo con tus amigos:

Los recientes sismos, con epicentro en la provincia de Esmeraldas, han vuelto a mostrar la vulnerabilidad de la población y las estructuras frente a este tipo de eventos.

Al parecer, poco ha quedado de las lecciones del terremoto de hace seis años, que causó muerte y destrucción, sobre todo en Manabí y Esmeraldas, de cuyos efectos todavía no hay una recuperación efectiva.

Un evento sísmico de 6 grados, seguido de varias réplicas, ha causado daños en estructuras de bienes públicos como un hospital, un subcentro de salud y el edificio del ECU-911, además de la afectación a más de cinco centenares de viviendas.

Por suerte, no se reportan víctimas directas, excepto una persona fallecida por un paro cardíaco.

“Las estructuras siguen siendo vulnerables y las personas no están preparadas”.

Es evidente que las estructuras siguen siendo vulnerables y las personas no están preparadas para actuar con prudencia y seguridad. Los organismos públicos dejaron a un lado la tarea de prevención y capacitación a la gente, que debe ser permanente.

Hay que tener presente, siempre, que por su ubicación geográfica, Ecuador está en un constante riesgo de que ocurran terremotos y otros fenómenos como lluvias intensas, sequías, erupciones volcánicas y hasta maremotos. No hay que esperar nuevos golpes de la naturaleza para actuar, pues para entonces será muy tarde.

Editorial de El Diario publicado este lunes 28 de marzo del 2022 en nuestra edición impresa.