El Ejecutivo ha anunciado la división del proyecto Ley de Creación de Oportunidades en tres partes, y ha dicho que enviará dos de ellas con el carácter de económico urgente, con la mira puesta en que el Legislativo las debata y, de ser el caso, las apruebe.
La Ley de Creación de Oportunidades ya estuvo en la Asamblea Nacional, pero ni siquiera llegó a conocimiento de los legisladores, pues fue rechazada aduciendo inconstitucionalidad.
La oposición ciega, que cierra puertas sin más razones que la subjetividad y la rivalidad política, no es para nada saludable; por el contrario, ahonda diferencias y hace daño al país porque se convierte en un freno a los procesos de cambio. Y eso, venga de donde viniere, pues puede presentarse en cualquiera de las funciones del Estado.
“Ahonda diferencias y hace daño al país porque frena los procesos de cambio”.
Una cosa es la independencia de poderes y otra, absolutamente diferente, la divergencia cimentada en el odio político.
No está bien que, al tiempo que se exige un cambio, se haga todo lo posible por mantener estructuras legales y políticas inflexibles, frente a un mundo dinámico y, sobre todo, en una época tan crítica para la economía.
Hay que revisar procedimientos y actitudes y, si es preciso, consensuar por el bien del país.
Editorial de El Diario publicado este domingo 16 de octubre del 2021 en nuestra edición impresa.