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 Conozco de cerca la historia injusta que le ha tocado vivir a dos amigos, que siendo transportistas han sido detenidos por haber hecho fletes a personas involucradas en delitos.  

Injusta, porque demostrando su inocencia siguen detenidos. Y sin lógica, porque los mismos pasajeros han testificado que los transportistas no tienen nada que ver con ellos ni sus actividades. Además ilegal, porque jueces y fiscales sin sustento legal los mantienen presos con objetivos oscuros. 
Cualquier ciudadano que por algún error policial o confusión es detenido, termina gastando miles de dólares para tratar de demostrar su inocencia.
¿Por qué es tan caro demostrar la inocencia?
Esa es la pregunta que desde el gobierno deben hacerse las autoridades de control.
Los jueces y fiscales deben ser evaluados constantemente. Y, además, debe haber un sistema que permita identificar el enriquecimiento ilícito de ellos y algunos de sus familiares. Ya basta de corrupción.