Ellas son un vivo ejemplo de la mujer comprometida con las luchas de su pueblo. Que la memoria de estas valientes hermanas, nos llene de esperanza y nos de fuerza para seguir luchando por una sociedad igualitaria en la que mujeres y hombres podamos vivir en fraterna cordialidad. Hasta la actualidad son muchos los casos de violencia que se cometen en las mujeres, sean estos físicos, sexuales, psicológicos y verbales, los mismos que desde el interior de la familia se los ve como algo "natural", estos hechos repudiables casi siempre son callados, sin hacer conciencia que los mismos menoscaban hasta las fibras más íntimas de su ser. La Violencia hacia la mujer es la infamia más grave cometida a la violación de los derechos humanos y mientras persista no podremos hablar de igualdad, desarrollo y paz. Demos pasos de avanzada, comprometámonos a luchar por una vida libre de ataques contra el bienestar físico y emocional de la mujer, erradicando y evitando así las cicatrices del cuerpo y el alma.