Los tres pisos del edificio del colegio La Promesse se derrumbaron mientras se realizaba una clase y algunas de las paredes y escombros aplastaron residencias vecinas de la comunidad de Nerettes, cerca de Puerto Príncipe. "Ya han muerto 30 personas y hay varios más bajo los escombros", dijo el mayor del Ejército filipino, Donald Hongitan, quien está trabajando con las fuerzas de paz de la ONU. En el lugar, padres que lloraban y gritaban intentaban desesperadamente encontrar a sus hijos, mientras los cuerpos de los estudiantes permanecen aplastados bajo bloques de concreto. "Es como un terremoto", indicó el general brasileño Carlos dos Santos Cruz, quien dirige a las tropas de la ONU en Haití. Un niño quedó con las piernas atrapadas bajo los escombros y rogaba a los rescatistas que "por favor corten mi pie", comentó un bombero. El comisionado de policía Carl Henry Boucher dijo que más de 25 personas fueron hospitalizadas en estado grave y destacó que se esperaba que la mayoría de ellos no sobreviviera.