El asaltante, un desempleado de apellidado Yang, llegó a primera hora de la mañana a la comisaría del distrito de Zhabei, en el centro norte de la ciudad, y acuchilló a los agentes antes de ser reducido y detenido por los propios compañeros de los agredidos. Yang confesó que había planeado el ataque para vengarse de los policías de esa comisaría por haberle detenido e interrogado el pasado octubre por el robo de una bicicleta. Antes de atacar a los agentes, Yang intentó prender fuego a las puertas de la comisaría. La policía de todo el país está en alerta ante posibles delitos violentos y ataques terroristas con motivo de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, en las últimas semanas se han producido varios altercados, como el secuestro hace diez días de un autobús en la provincia sureña de Guizhou. El secuestrador obligó al conductor a parar el vehículo con un cuchillo y mantuvo como rehén a una pasajera, hasta que finalmente fue abatido por la policía. También en Guizhou, hace sólo tres días, unos 10.000 campesinos prendieron fuego a edificios gubernamentales y volcaron vehículos en una revuelta multitudinaria en protesta por la investigación sobre la muerte de una joven estudiante.