Esta vez, el grupo de asambleístas de Pachacutik, no acudió a la cita con el mandatario como en otras ocasiones, por el enfrentamiento que mantiene Correa con el movimiento indígena, el que ya ha anunciado un posible levantamiento para los próximos meses. En cambio, según expresiones de participantes en la reunión, se fortaleció la unidad de Acuerdo PAIS. Reajustarán contenidos Se conoció que una de las preocupaciones de Correa se refiere a los plazos y a ciertos contenidos que parecen demasiado detallados en las normas aprobadas. El presidente cree que se utiliza un exceso de tiempo en el proceso y que el resultado será una constitución demasiado voluminosa. Temas conceptuales Otras diferencias tienen que ver con temas conceptuales que dividen a los asambleístas de Acuerdo PAIS, como el consentimiento previo informado para la explotación petrolera y minera que, a criterio del gobierno, maniataría toda intención de aprovechar los recursos del subsuelo que pertenecen a todos los ecuatorianos. Los representantes de Pachacutik y entre ellos Mónica Chuji, Gilberto Guamangate y César Grefa, han declarado que no es su intención obstaculizar la explotación cuando no afecte a la salud del medio ambiente y sobre todo, a las fuentes de agua. Acuerdos claros Otra exigencia de los representantes indígenas es que en todo el texto constitucional se haga mención a las nacionalidades, una vez que se ha aceptado la condición de plurinacional del país. Mientras tanto, la mayoría de Acuerdo PAIS comparte la tesis del Presidente Correa, según la cual las comunidades tienen derecho a que se les informe de los planes de explotación minera y las consecuencias, así como los beneficios que obtendrán de la misma, pero el Estado no requiere pedir consentimiento a nadie para explotar los recursos de todos los ecuatorianos. El referéndum Los analistas consultados explican que si bien Acuerdo PAIS cuenta con suficientes votos para la aprobación de los textos constitucionales y hay la seguridad de que se mantendrá la disciplina que ha sido característica hasta ahora, la preocupación del régimen es por la incidencia que las diferencias pueden tener en el referendo aprobatorio de la Constitución, no sólo por la actitud de los aliados, sino por el uso que a la situación puede dar la derecha en su campaña que comenzará en breve.