Sus raíces de vegetal menor alcanzan una profundidad de 10 m que le permiten captar más minerales -como silicio, potasio, hierro y magnesio- que otras hierbas. Posee vitaminas hidro y liposolubles (se disuelven tanto en agua como en grasa) como las A, B, C, E, D, K y U. (La vitamina U es indispensable en el tratamiento de las úlceras pépticas). Tiene 4 veces más calcio, 9 veces más vitamina C, 4 veces más vitamina A y 3 veces más vitamina B1, así como más fósforo, que verduras como la col, la espinaca y la acelga. Y mientras la mayoría de frutas tiene un poder alcalino (bueno para combatir la fatiga y la tensión) de entre 1 y 10, la alfalfa tiene ¡110 unidades! Pero, ¡ojo!: lo saludable son los brotes de sus hojas tiernas (que no son lo mismo que las semillas de alfalfa germinada). Se la puede ingerir en ensaladas, jugos (licuados), infusiones o como ingredientes de otras preparaciones, pero siempre será preferible añadirla cruda. ¡Y güen provechos!