En la capital provincial se ha intentado avanzar en el control, lográndose algo de ello, requiriéndose más energía en la supervisión. Ahora se acostumbra que en las fiestas sociales quienes las organizan emplean los juegos pirotécnicos, cuyos estruendos en horas altas de la noche o de la madrugada causan molestias a quienes no están dentro del círculo de los invitados presentes, pues se interrumpe el descanso, desconociéndose si esta clase de ruido está o no dentro de la ordenanza municipal respectiva y si es de control policial. Y se presentan problemas, como cuando varias camionetas al servicio del Consejo Provincial de Manabí, sus conductores, como parte programada, recorrían publicitando a la entidad con música a volumen alto, lo que causó el reclamo de personas de la tercera edad, quienes recibieron como respuesta el maltrato verbal. Hay que recordar, una vez más, que una de las peores formas de contaminación es la auditiva; y si bien el ruido no se acumula, causa grandes daños en las personas por el estrés que genera, y por eso es imprescindible su control inmediato. Los 22 municipios de la provincia deben salir por los fueros de sus representados y preservarlos de agresiones como las descritas que ocasionan problemas auditivos, interfieren la comunicación oral, aumentan la presión arterial, no permiten conciliar el sueño, causan irritabilidad y agresividad y otros síntomas más comunes como dolores de cabeza, que por ahora se han multiplicado. "El ruido no se acumula, pero causa grandes daños"