Aunque los policiales eran los dueños del balón, eran los ambateños quienes llegaban con más peligro cuando atacaban. A los 16 minutos, Nicolás Asencio recibió un balón en el borde del área y lanzó un bombazo que el golero Banguera logró contener con una gran reacción; el balón quedó huérfano en el área y el colombiano Flores lo volvió a rematar al arco, pero el arquero se paró y volvió a desviarlo. A los 37, los locales se quedaron con diez jugadores luego de que, en una decisión algo polémica, el árbitro le mostró la segunda tarjeta amarilla a Paolo Velasteguí. Con un jugador menos y la impotencia de crear verdadero peligro, “el Gallito” empezó a perder la cabeza. Cuando parecía que las escuadras se iban al descanso con el empate, Macará abrió el marcador a los 43. En un tiro libre, Nicolás Asencio levantó el centro al área y Ángel Escobar se adelantó a toda la zaga para peinar el balón a las mallas. En la segunda etapa, Espoli mejoró y, a pesar de la inferioridad numérica, saltó a buscar remontar el resultado. Sin embargo, los dirigidos por Salvador Raguzza seguían careciendo de precisión en los últimos metros y no les servía de nada dominar el cotejo. En cambio, los visitantes, aunque no lograban arrimarse como en el primer tiempo, eran peligrosos cuando se animaban. A los 50, tras una gran jugada de Manuel Cotera, Flores no pudo pegarle con fuerza el balón en el área y le perdonó la vida a los azules. El partido era trabado y se jugaba con pierna fuete. A pesar de que el árbitro Diego Lara mostró varias tarjetas, nunca pudo frenas las fricciones violentas. Al minuto 71, las fuerzas se equilibraron con la expulsión del lateral Enrique Gámez de Macará por doble amarilla. En el tiro libre producto de la falta anterior, los dueños de casa generaron la opción más clara de empate. Víctor Valle ejecutó un bombazo que Zumba logró contener con una gran reacción y, luego, el balón se paseó frente a la portería sin que nadie llegara a empujarlo. Espoli quiso buscar el gol hasta el final, pero, poco a poco, se quedó sin fuerzas y llegaba más con ímpetu que con ideas. Más bien, “el ídolo de Ambato” el que liquidó el pleito en los descuentos. En un contragolpe, Mario Lastra se escapó al área y definió con un remate cruzado y bajo.