El documento emitido por el Tribunal señala que Ramón Giler fue sorprendido en delito flagrante y que actuó impulsado por el coraje al enterarse que el ahora occiso había violentado sexualmente a dos de sus tres hijas discapacitadas. Calixto Mero recibió un disparo en la cabeza que le causó la muerte. El hecho se registró en el sitio El Guarumo, de la parroquia San Plácido, de Portoviejo. Durante la audiencia pública de juzgamiento, el acusado dijo tener ocho hijos y que desde que falleció su esposa, se convirtió en padre y madre, especialmente, para sus hijas discapacitadas. Narró que hace 8 años el fallecido violó a una de sus hijas discapacitada y fruto de esa relación nació una niña, que no fue reconocida por Calixto. Giler Valle inscribió a su nieta como hija. Tiempo después, hace 10 meses atrás, se enteró que otra de sus hijas estaba embarazada y que supuestamente el padre de esa criatura era el fallecido. En esa ocasión, presentó la denuncia por violación en la Fiscalía pero la justicia no hizo nada. Entonces, agobiado por las circunstancias quiso asustar al sujeto, pero el disparo le causó la muerte. Por su lado, la familia de Mero de la Cruz, negó conocer las razones por la que Giler Valle disparó contra Calixto. Ambos eran amigos y era común verlos juntos. El Tribunal consideró que a pesar de que el acusado tuvo motivos para cometer el delito no debió tomarse la justicia por sus propias manos, por lo que, lo sentenció a 4 años de prisión que deberá cumplir en el Centro de Rehabilitación Social El Rodeo.