La pretendida anulación de las licencias de conducir y la anunciada toma de pruebas para el otorgamiento de nuevas licencias no va a cambiar en nada la problemática del tránsito en el país.
Usted amigo lector cree que echar abajo las licencias actuales va a cambiar el sistema si bien sabemos que los choferes, bien o mal, obtendrán ese documento, así sea recurriendo a las clásicas prácticas de la corrupción.
Además de ser una medida inconstitucional, daría paso a que las instituciones rectoras del tránsito en el país obtengan altos rubros por las nuevas licencias que supuestamente pretenden emitir.
Las licencias de manejo no se echan abajo se las cambian cuando el tiempo de uso caduca. Si el gobierno quiere reducir accidentes, debe ceñirse a una reforma a la Ley de Tránsito con sanciones drásticas.