La hija mayor de los Reyes, que el próximo mes de diciembre cumplirá 44 años, contrajo matrimonio con Jaime de Marichalar, de 45, el 18 de marzo de 1995 en la catedral de la ciudad andaluza de Sevilla (sur), ante 1.300 invitados y representantes de 33 casas reales. Ese día, el rey Juan Carlos acompañó hasta el altar a su primogénita, la Infanta Elena, a quien días antes había concedido el Ducado de Lugo. Aunque el compromiso oficial se había hecho público pocos meses antes de su boda, la pareja se había conocido siete años antes cuando la Infanta se trasladó a París para perfeccionar sus estudios de francés. Una vez casados y después de una estancia de dos años en la capital francesa, en donde el economista Jaime de Marichalar trabajaba en una entidad bancaria, los Duques de Lugo establecieron su residencia en Madrid, ciudad en la que nacieron sus dos hijos, Felipe Juan Froilán (1998) y Victoria Federica (2000). Las dos últimas ocasiones en las que se les vio juntos en público fue con motivo de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre, y en la entrega de los premios de la revista Telva, a finales de ese mismo mes. No obstante, en los últimos meses no resultaba infrecuente que el esposo de la Infanta acudiera sin ella a distintos acontecimientos sociales, principalmente fuera de España, en su calidad de experto en moda, ya que es consejero de la firma Loewe, además de la empresa Cementos Portland y presidente de la Fundación Winterthur. La hija mayor de los Reyes representa a la Corona en diversos actos oficiales, además de su actividad laboral como maestra infantil en el colegio donde estudian sus hijos. Según la Constitución española, la Infanta Elena ocupa el cuarto lugar en el orden de sucesión a la Corona, después de su único hermano varón, el príncipe Felipe, y las dos hijas de éste, las Infantas Leonor y Sofía. Uno de los momentos más duros de su matrimonio fue cuando el 22 de diciembre de 2001 Jaime de Marichalar sufrió una isquemia cerebral. En octubre de 2002 la Infanta se trasladó a vivir durante once meses a Nueva York para acompañar a su marido durante el tratamiento de rehabilitación que recibió allí, que compatibilizó con sus actividades públicas. Jaime de Marichalar pertenece a una aristocrática familia española, vinculada desde antiguo a la Monarquía.