El derrumbe de tierra en Chiapas, región fronteriza con Guatemala, sucedió en la comunidad de Juan de Grijalva, cerca de Tabasco, donde viven al parecer unas 200 familias, como consecuencia del exceso de humedad, dijeron fuentes del gobierno estatal. El siniestro sepultó 50 viviendas, dijeron las fuentes, que explicaron también que los pobladores lograron salir de sus casas. Antes de conocerse el siniestro, las autoridades chiapanecas informaron de que las fuertes lluvias que cayeron la semana pasada sobre la zona sureste del país dañaron 25.600 hectáreas de cultivos. Además, 530 kilómetros de carreteras y caminos rurales se vieron afectados por más de 212 derrumbes, 38 hundimientos y el colapso de cinco puentes. En tanto, en Tabasco la crítica situación obligó al Gobierno mexicano a crear un fondo con 18,5 millones de dólares para la reconstrucción de ese estado, donde han muerto tres personas y hay más de un millón de damnificados. El río Grijalva, que inundó el centro histórico de Villahermosa, capital de Tabasco, descendió este lunes ocho centímetros, pero mantiene anegadas decenas de barrios del norte de la ciudad, donde se calcula que todavía permanecen sobre los techos de sus casas inundadas unas 20.000 personas, hambrientas y con infecciones en los pies. El ejército mexicano mantiene en Tabasco a ocho mil soldados encargados de las tareas de ayuda a la población. Los gobiernos locales de todo el país, las empresas y la población mexicana en general se han volcado en los últimos días en enviar miles de toneladas de ayuda humanitaria a los damnificados de Tabasco. Asimismo, desde el exterior comenzó a llegar con cuentagotas la ayuda internacional ofrecida por países como Estados Unidos, Canadá, Perú, Alemania, España, Gran Bretaña y Cuba.