Las empresas de producción chocolatera se conforman por hombres y mujeres y se basa, en la siembra y recolección del fruto (cacao) para la elaboración del llamado chocolate orgánico; un producto sin aditivos químicos que, desde su recolección hasta su producción, está en manos artesanas, dice la concejal Verónica Mendoza, quién señala que la meta municipal, es transmitir a través de los talleres de capacitación la idea de mejorar el producto sin necesidad de alterar su esencia. “Yo recuerdo siempre a las abuelas o tías preparando chocolate en casa, aún hoy algunas de aquellas mujeres lo siguen haciendo, pero lamentablemente nosotras no hemos continuado con esta tradición y se ha ido perdiendo”, dijo Mendoza, quién a su vez sostiene que se realizan conversaciones con el Banco Nacional de Fomento para conseguir créditos que apoyen a éstas microempresas. “Estamos en conversaciones con varios establecimientos comerciales para que les den un espacio en las perchas a este producto natural que ya no se lo consigue en el mercado”, dijo Verónica, al tiempo de degustar una mistela de cacao hecha al natural. Tradiciones Una de las formas más tradicionales de tomar el chocolate en la zona rural es acompañado de plátano maduro cocinado, tortas de verde o tortillas, según comentaron las trabajadoras de la empresa chocolatera de Calderón, quienes a su vez expresan su deseo de continuar mejorando la calidad del producto para que se comercialice en el mercado a un precio justo. “Estamos empezando y creo que lo estamos haciendo bien”, dijo Yessenia Mendoza, quién explicó que por ahora se lo vende en 25, 50 y 75 centavos de dólar la unidad o en cajas de Sapán de plátano a un dólar. Opciones Disfrute un delicioso sabor y proteja su salud con todos los beneficios de un chocolate hecho a base de cacao orgánico certificado, explicaba en su stand Adolfo Vera de Pueblo Nuevo, quién a su vez sostiene que la obtención del licor de cacao, la crema y la mistela son alternativas que también se comercializan por su exquisito sabor. Explotación “Antes no hacíamos más que estar en casa. El cacao sólo lo vendíamos y no nos pagaban mucho por él. Ahora caon la producción del chocolate nos hemos dado cuenta que tenemos una materia prima para explotarla y ganar dinero”, dice Ana Vera, de la parroquia Calderón. Hay muchas hectáreas sembradas de cacao que ahora pueden convertirse en fuente de ingresos. Verónica Mendoza Vice-alcalde de Portoviejo “El autoestima de los habitantes de las parroquias ha mejorado mucho”