Acompañada del representante de los Derechos Humanos en Manabí, Antonio Palma, la señora narró que cuatro generaciones de su familia han vivido en una casa ubicada en las calles Mejía y Quiroga de Portoviejo, hasta que fue desalojada el pasado viernes 26 de octubre. Desalojo El desalojo se cumplió por orden judicial, “al no poder solventar un juicio instaurado por el sacerdote Fabricio Pedro Alaña Echenique”, indicó Palma. El sacerdote sostiene que la propiedad es suya; además la señora “no se pudo defender ni tenía para el abogado”, dijo Palma. Eran guardianes Rosa Aidé Mieles narró que sus padres, Isidoro Mieles y Evangelita Cañarte, ocupaban la casa desde hace 60 años cuando estaban a cargo del cuidado de la propiedad. “Apareció un testamento a favor del sacerdote”, dijo Antonio Palma, y en base a este documento se inició el juicio para el desalojo. Piden solidaridad La señora sostiene que durante seis décadas “nunca llegó nadie a reclamar la propiedad”. Ahora lo que pide Rosa Aidé es que “me donen un pedacito de terreno en cualquier parte con una casita de Hogar de Cristo”, expresó.