El triunfo en la elección de asambleístas que elaborarán una nueva constitución, no fue por Acosta, Chuji u otros candidatos; votó por la capacidad y liderazgo de Correa. Sin embargo, Correa tiene como colaboradores a algunos oportunistas, que han servido desde la extrema derecha hasta la social democracia, que se acomodan a los intereses particulares y no del Ecuador. El show de los banqueros fue solicitar la propuesta del gobierno  a  los representantes del ejecutivo y éstos se encontraron con las manos y mentes vacías. Los representantes del ejecutivo fueron a recibir ordenes de los banqueros, y no fueron a plantear que: el Banco Central calculará las tasas de interés, excluyendo las comisiones abusivas que cobraban los bancos; que un nuevo proyecto de ley debe eliminar las dos desviaciones estándar; que la banca debe devolver lo indebidamente cobrado durante los años 2001 al 2007; que los costos de los servicios deben reducirse al igual que la ineficiencia de la banca. ¡¡Nada!!. Nada por parte de los representantes del ejecutivo.  El resultado será otra tomadura de pelo, como la supuesta “investigación” del Econ. Eduardo Valencia. Una nueva derrota (aprobación de la ley como querían los banqueros) obtendrá el ejecutivo con esos representantes. El Presidente Correa debe asumir directamente las negociaciones, y desde ya preocuparse de los próximos asambleístas, para que no sea una frustración más para el pueblo;  que el triunfo del 30 de septiembre no se convierta en derrota.