Los días previos al desarrollo de la Asamblea Constituyente deben convertirse en un tiempo de reflexión, diálogo, concertación, también discrepancia con altura; para poder en el futuro sintetizar los mejores conceptos en la Carta Magna.
También se debe rescatar los conceptos positivos que guarda la actual Constitución como lo que señala en el artículo 42 en que se garantiza el derecho a la salud, en un amplio marco y conforme a los principios de equidad, universalidad, solidaridad, calidad y eficiencia.
Para mejorar los servicios médicos se necesitan varias cosas: centros hospitalarios en buen estado, equipos de alta tecnología (incluidas las ambulancias), personal médico y de enfermeros acorde a la capacidad de atención de cada hospital, centro médico, etc.; actualización de conocimientos de quienes atienden a los pacientes en las diferentes áreas; trato humano y consciente a los pacientes y por supuesto dotación de medicina básica y especializada para los enfermos. Y esta realidad debe ser para los centros hospitalarios públicos, privados y autónomos.
Cada día son cientos las personas que enfrentan difíciles situaciones por falta de recursos y enfermedades; y al recibir, en muchos casos, una atención deficiente, esto les impide tener una mejor calidad de vida.
Recorrer algunos hospitales en muchos casos es encontrar serios problemas sanitarios, pésimo trato al paciente y personas –no todas por supuesto- que básicamente trabajan por un sueldo, quedando de lado el humanismo hacia quien está atravesando una crisis.
También es muy importante que se trabaje en medicina preventiva y que se cumpla en acciones lo que se establecerá en la nueva Carta Magna; que no se repita la actual historia.