El tema no es nuevo, el Estado ecuatoriano debe una fuerte suma de dinero a Solca, por lo que la noble entidad que encabeza en todo el país la dura lucha contra el cáncer, temible flagelo que afecta a miles de ecuatorianos, se ve afectada en su emérita labor, lo que a su vez constituye un retroceso en la requerida sanación de mujeres y varones que enfrentan a esta dolencia y que encontraron en Solca la oportunidad de volver a tener salud, inalienable derecho ciudadano.
La buena salud es una aspiración de todo el género humano y todo lo que contribuya a entregar este inestimable bien es respaldado por la ciudadanía en general, y no existe familia o grupo humano que en la actualidad no tenga uno o varios de sus integrantes sufriendo de una dolencia cercana al temible cáncer, crece así la razón por la que Solca tiene que ser fortificada por la pronta, legal e indispensable entrega que las leyes establecidas le otorgan para disponer de los recursos económicos que le han sido asignados y que demoran demasiado en ser entregados a Solca para cumplir su noble cometido.
En este caso se involucra a Solca Manabí, entidad que ya por muchos años se ha ganado la confianza pública y así contaríamos por miles los pacientes que sanaron de las críticas dolencias directas y adscritas al cáncer.
La deuda que el Estado tiene con Solca no es reciente ni tiene relación directa con las consecuencias económicas de la pandemia que afecta no solo al país, sino al mundo. Desde hace ya algunos años, tanto el Ministerio de Salud Pública como el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social tienen valores impagos en Solca, institución que, a pesar de ello, mantiene sus servicios.
Sin embargo, el hecho de no tener los recursos a la mano termina por afectar, de una u otra manera, los servicios que reciben los pacientes oncológicos.
Siendo este el panorama que vive Solca Manabí, unido a la afluencia de otras provincias vecinas, resulta más que urgente la atención del Estado ecuatoriano de cumplir de los legítimos derechos de Solca Manabí para seguir en su benemérita acción de luchar contra el cáncer.
Que así sea por el bienestar de los miles de pacientes que tiene esta institución noble, creada con el fin de servir en un área a la que el Estado debe prestar todo su apoyo: la salud ciudadana.
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