La situación de Manabí es particular, pues por su extensión, está dividida por zonas de influencia. Es difícil imaginar que cantones como Portoviejo, Rocafuerte y Santa Ana apliquen protocolos distintos, si todos están ubicados en un mismo valle y atravesados por el mismo río; o que Manta, Montecristi y Jaramijó tomen decisiones por separado; o que lo hagan Chone y Flavio Alfaro.

Es necesario que, a nivel municipal, haya negociaciones, tomando en cuenta la conformación de mancomunidades naturales, aunque no existan en lo legal.

El Gobierno Provincial podría servir de impulsor de estos diálogos, pues las medidas aisladas pueden llevar a un aumento de los riesgos.

Por lo demás, más allá de la decisión que tomen las autoridades de cada cantón, la protección está en manos de cada persona.

Por más que los alcaldes apliquen cualquiera de los tres niveles de restricción que ha anunciado el COE nacional, los cuidados y precauciones deben responder a las acciones individuales. Si las personas dejan de lado los protocolos de prevención, de nada servirán las disposiciones que las autoridades emitan.