Actualizado hace: 940 días 18 horas 37 minutos
Otto Morales Mc Mahan
La profecía de la pandemia

“Si algo ha de matar a más de 10 millones de personas en las próximas décadas, probablemente será un virus muy infeccioso más que una guerra. No misiles, sino microbios. (…) Podría ser un virus con el que los contagiados no se sientan mal y puedan viajar en avión o ir al mercado”.

Lunes 27 Abril 2020 | 04:00

Al repasar lo expresado hace 5 años por Bill Gates, es inevitable sentir escalofríos, siendo testigos presenciales de la materialización de su profecía, de la peor pandemia que ha visto el mundo en un siglo. Lastimosamente, nadie lo tomó en serio. 
Personalmente, creo que un profeta, más que un clarividente, es una persona con una inteligencia superior, que hace predicciones a partir de la interpretación de ciertos indicios o señales, siendo capaz de imaginar un escenario futuro con altas probabilidades de acierto. 
El COVID-19 transita por nuestra sociedad con implacable velocidad. Nuestras autoridades, por ahora, únicamente atinan a correr con enorme desventaja detrás de un enemigo ágil e invisible, que utiliza nuestra soberbia, desorganización y desobediencia para vencernos. Nuestra mejor oportunidad para emparejar la batalla, radica en leer con atención las estrategias aplicadas por los países que están superando a la plaga, aquellas experiencias son el equivalente a las profecías de la pandemia, y como tal, merecen ser interpretadas por nuestros gobernantes, adaptadas a nuestra realidad, y ejecutadas con prontitud y eficiencia.
Todos tenemos un rol que cumplir en esta crisis, la mayoría debemos quedarnos en casa, los médicos en los hospitales, los campesinos en el campo, los obreros empujando la producción, la fuerza pública en las calles, y, en algunos casos, está la función de los gobernantes, unos, penosamente persiguen con ojos vendados al virus; otros, unos pocos, los que demanda nuestra sociedad, se adelantan a las obviedades, y de otras experiencias gestionan soluciones.
Por ahora, el virus lleva la delantera, para que la dinámica se invierta, no requerimos los típicos profetas politiqueros del yo lo dije, o yo hubiera hecho tal cosa; nos urgen líderes con visión, capacidad de interpretación, y de acción eficaz. Después de todo, “El mundo del hombre contemporáneo, se funda sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía”. Mario Bunge.
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