Actualizado hace: 937 días 20 horas 25 minutos
Irina Tamara Briones Rivera
Evitemos conflictos familiares

Antes de esta crisis sanitaria, se compartían más horas con los compañeros-as de trabajo, que con la familia. Las horas familiares eran de unas tres horas diarias, más o menos; en cambio hoy en día, pasamos alrededor de 12 horas en el entorno familiar, si no es más, ello sin mencionar que es tiempo de carencias, limitaciones y encierros, que puede ponernos al filo de un conflicto permanentemente, por la distribución de las tareas domésticas, por ciertas costumbres que nos disgustan de los otros, por el uso del tv o del computador, etc., etc., etc.

Domingo 26 Abril 2020 | 04:00

 Antes de esta crisis sanitaria, se compartían más horas con los compañeros-as de trabajo, que con la familia. Las horas familiares eran de unas tres horas diarias, más o menos; en cambio hoy en día, pasamos alrededor de 12 horas en el entorno familiar, si no es más, ello sin mencionar que es tiempo de carencias, limitaciones y encierros, que puede ponernos al filo de un conflicto permanentemente, por la distribución de las tareas domésticas, por ciertas costumbres que nos disgustan de los otros, por el uso del tv o del computador, etc., etc., etc.

Todo ello convierte la convivencia en una especie de campo minado del que no siempre salimos airosos, pues solemos caer en provocaciones o provocar peleas porque asumimos decisiones inconsultas, porque dejamos a los demás los quehaceres domésticos, porque estamos de mal carácter o preocupados con lo que ocurre y reaccionamos con grosería o violencia. 
Por ello, pensar en algunas pautas que nos ayuden a establecer nuevas formas de relacionamiento en armonía y respeto es fundamental en este momento. Quizá lo primero que debamos hacer es entender que en este momento es mejor evitar que pelear, incluso aunque ceder parezca injusto para una de las partes. Es mejor dejar pasar el momento, salir, así sea al balcón, la ventana, o la vereda y respirar hasta tranquilizarse, es decir ¡no reaccione!
Segundo, haga el intento de consultar, hasta las cosas más insignificantes: ¿puedo mover de lugar este vaso? ¿Qué quisiéramos almorzar hoy? ¿Qué les parece si vemos tal película? Es decir, no asuma que todos quieren lo que usted desea, ni crea que usted tiene la bola mágica que le hace saber lo que los demás quieren.
Tercero, hágase cargo de algunas tareas domésticas, sin necesidad de que se lo pidan. Pregunte a su familia, si están de acuerdo y ya, pero además mire a su alrededor y dese cuenta si hace falta algo que hacer, si alguien necesita ayuda,
Cuarto, identifique sus emociones, cómo se siente hoy: ¿tenso, preocupado, irritable? Si nota que se siente así, haga alguna actividad que lo relaje, lo distraiga o lo calme y cuando sienta que ya volvió a la normalidad, entonces acérquese a los demás.
Estas sencillas sugerencias le evitarán conflictos y reacciones que puedan lesionar a los demás, además de que posibilitará el dialogo, el consenso en la distribución de tareas y acordar normas básicas de convivencia.
 
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias