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Ocupando el octavo lugar en el ranking mundial de países en los que el coronavirus presenta mayores riesgos en su control y expansión, el Gobierno ecuatoriano anuncia las posibilidades de aflojar el control cuarentenario para dar oportunidad a retomar ciertas actividades comunitarias.
Ocupando el octavo lugar en el ranking mundial de países en los que el coronavirus presenta mayores riesgos en su control y expansión, el Gobierno ecuatoriano anuncia las posibilidades de aflojar el control cuarentenario para dar oportunidad a retomar ciertas actividades comunitarias.
Entendiéndose que la decisión anunciada por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) está basada en un profundo estudio de cuánto se ha avanzado en el manejo de la crisis, vale indicar que la empresa internacional, especializada en riesgos, que ha ubicado a Ecuador en el alarmante y vergonzoso octavo lugar - luego de Italia, EE.UU. Reino Unido, España, Francia, Suecia e Irán -, cita como causas, de entre 24 parámetros específicos, el riesgo de infección, hospitalización, muerte, condiciones de salud duraderas, y el riesgo económico negativo durante la pandemia.
Actualmente, el número de contagiados en el país crece rápidamente en razón del aumento de pruebas para la detección de contagiados, que es la actividad que debería acelerarse previa cualquier decisión de apertura del confinamiento general.
Alemania, Corea del Sur y la misma China han logrado desacelerar la carrera del COVID-19 con la mayor detección de la enfermedad en su etapa inicial, para aislar a los portadores antes de que la expandan. Así, junto con la cuarentena, redujeron la cantidad de infectados, la presión en los hospitales y, por consiguiente, el número de fallecidos.
Si es cierto que para que la nación ecuatoriana sea la más afectada de toda América, han intervenido severamente factores como los descritos anteriormente, todo se debe a la permanencia en el poder, por años y años, de un estado político corrupto y corruptor, que con diversas cabezas ha generado, a conveniencia, su propio virus dirigido a lacerar la conciencia ciudadana, traicionando a la Patria con la degradación de sus valores morales y éticos.
Y es en esas condiciones que el mortal COVID-19 encuentra a los ecuatorianos: golpeados política, económica y socialmente, en situación de incertidumbre, descontrol; y empantanado más por la debacle petrolera que lo empuja al filo del precipicio de la quiebra general.
Y es en estas circunstancias que se pasará del aislamiento al distanciamiento social, despertando inquietudes, especialmente en Manabí, provincia segunda en casos positivos del virus, al igual que en Portoviejo, primera en afectación en la provincia, donde no hay que aflojar, sino reforzar la guardia.
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