Gran parte de la población vive un momento de replanteamiento, de dolor, de mucho pesar, de cambio, pero sobre todo de sinceramiento. Hemos tenido el tiempo para observar y considerar los elementos de nuestra vida que son útiles y los que no, sobre ese análisis cada uno tomará las decisiones personales adecuadas. Luego viene el Gobierno nacional a anunciarnos que busca enfrentar esta crisis, sin precedentes, con las mismas recetas viejas del pasado. Más endeudamiento y más recaudación al sector privado. No dijeron nada sobre recortes de gasto público que merezcan el respeto de una población que ya no puede más.
Gran parte de la población vive un momento de replanteamiento, de dolor, de mucho pesar, de cambio, pero sobre todo de sinceramiento. Hemos tenido el tiempo para observar y considerar los elementos de nuestra vida que son útiles y los que no, sobre ese análisis cada uno tomará las decisiones personales adecuadas. Luego viene el Gobierno nacional a anunciarnos que busca enfrentar esta crisis, sin precedentes, con las mismas recetas viejas del pasado. Más endeudamiento y más recaudación al sector privado. No dijeron nada sobre recortes de gasto público que merezcan el respeto de una población que ya no puede más.
Cuando la opinión pública saltó, el presidente anunció que ha “ordenado” el recorte del 50% del salario de presidente, vicepresidente (el resto queda en el área gris de los puntos suspensivos) y termina por incluir a los asambleístas, algunos que ni siquiera asisten a las convocatorias desde sus casas.
El Gobierno se muestra como un aparato obsoleto que insiste en imponernos situaciones contraproducentes. ¿Por qué no se eliminaron los subsidios? ¿Por qué no tomar decisiones de impacto real? ¿Por qué no aprovechar y marcar un nuevo rumbo? Porque no hay la voluntad que ese proceso demanda. Yo no dudo de que hay funcionarios que están dando lo mejor de sí en esta lucha contra un virus que nos parte económica y emocionalmente, pero entonces son minoría.
Dentro de los muchos estudios a lo que se tiene acceso, la mayoría coincide en que el estímulo (en políticas sociales y económicas) por parte del Estado es esencial para paliar la crisis sistémica. Es de conocimiento público que el correismo derrochó el dinero público (y que se lo embolsó también) y que hoy no tenemos espacio suficiente para maniobrar fiscalmente el problema de paralización. Los pronósticos económicos para Latinoamérica coinciden todos en decrecimiento o crecimiento negativo, como guste usted decirle; sin embargo, es notoria la diferencia en los países que fueron gobernados por el Socialismo del Siglo XXI, Ecuador pronostica un decrecimiento del PIB de 4 puntos, hay estudios que lo proyectan a 5,7%.
La certeza que tenemos es que la iniciativa privada es la que acude con ayuda real, en los momentos más duros, a resolver los problemas inmediatos de la población, véanse todas las ayudas. Es lamentable, y robo la palabra del comunicado firmado por el Comité Económico Empresarial, que no se haya trabajado una solución conjunta con los gremios y que el Gobierno insista en imponernos medidas de las que desconfiamos en absoluto. El estado emocional y económico de Ecuador demanda liderazgo claro, mire a su alrededor, lo que ve es lo que hay, escoja.
- ¿Qué te pareció la noticia?
- Buena
- Regular
- Mala