En medio de la emergencia sanitaria que vive el mundo a causa del coronavirus, en Manta cerca de 70 trabajadores de la EPAM salen a trabajar cada día.
Antes de iniciar sus labores, ellos se encomiendan a Dios sabiendo que se exponen al contagio. Los trabajadores se reúnen en un círculo para orar, de rodillas o de pie, y sostienen imágenes religiosas.