Si escoge hacer el recorrido por su vida, eso lleva tiempo y es mejor hacerlo por periodos, hoy en la mañana, mañana en la tarde, etc. O también podría escoger sobre lo que le gustaría reflexionar, por ejemplo, escoger pensar sobre una persona en especial, sobre una relación, sobre un momento determinado de su vida (cuando se casó o enviudó, se divorció, perdió a sus padres, o sus hijos se fueron de casa). 

Una vez que lo haya identificado, convendría señalar cuáles fueron las circunstancias en que se desarrollaron los hechos, ubicar qué fue lo que pasó, el contexto en que se dieron y luego recordar el lugar, la hora, las personas, sus vestimentas, las frases, los gestos, etc. para llegar a lo sucedido. Luego de ello, lo que sigue es identificar qué emociones se produjeron: enojo, ira, decepción, frustración, alegría, etc.  

Cómo sintió esa emoción, que sensaciones produjo en su cuerpo, si fue capaz en ese momento de ubicarla o no, cómo se sentía en esos momentos y vencer todos esos bloqueos que aparecen para evitar enfrentarnos a la pantalla del pasado. 

A continuación, es necesario darse cuenta qué cambió en usted luego de esa experiencia, se hizo más frío, o más cálido, más sensible o más fuerte, o se distanció o se acercó, se volvió intolerante o más respetuoso. Por último, puede tratar de reconocer, qué consecuencias tiene hoy en día ello, en qué circunstancias muestra actitudes que podrían vincular con lo vivido, es decir, descubrir los efectos, las repercusiones que la situación vivida tuvo en usted.

En conclusión, va a identificar el suceso, las circunstancias, las emociones, los cambios conductuales producidos y las repercusiones que tiene hoy en día en su vida, lo que favorecerá su autoconocimiento y su relación consigo mismo.