Las medidas sanitarias que se aplican desde el 16 de marzo en Ecuador, para evitar el contagio del coronavirus, pasa factura a todos los dueños de locales comerciales.

En un recorrido que diario Centro hizo por el baipás, se pudo constatar que los ocho moteles instalados en esta arteria estaban cerrados.

Al ingreso de uno de estos establecimientos, estaban colocadas llantas y piedras para advertir a sus clientes que no están atendiendo.

En otros, en cambio, las puertas permanecen cerradas con rótulos escritos diciendo que no hay atención.

“Estamos perdiendo mucho, pero nos toca acatar las órdenes del gobierno. Con los pocos recursos que tenemos, estamos haciendo arreglos y una limpieza general”, dijo una de las trabajadoras del Madame Lizeth.

 

Sin trabajo. Conforme pasa el tiempo, la situación se pone peor porque los empleados han tenido que regresar a sus casas.

Por lo general en cada uno de estos lugares trabajan mínimo cuatro personas, pero en tiempos como Navidad o San Valentín, esa cifra se triplica.

“Ahora sólo está una persona haciendo guardia para que no se roben las cosas“, indicaron desde el auto hotel Cupido.

La medida afecta a todos, dice Alfredo Guamán, taxista.

El hombre asegura que normalmente hace entre dos y tres carreras diarias desde y hacia los moteles.

”Estamos muy preocupados porque el tiempo pasa y cada vez hay más restricciones y no podemos trabajar. Tenemos deudas y una familia que mantener”, agregó.

En el auto hotel Oros, la situación es la misma.

En un día normal al sitio llegan alrededor de 35 parejas, pero ahora, ninguna.