Nadie ha podido imaginar que un organismo microscópico pudiera arrinconar a toda la humanidad en tan pocos días. Esto no se había observado ni vivido ni en las grandes guerras del siglo pasado.

Este microorganismo, como estamos enterados, no solo ha destruido y cobrado miles de vidas. Es la causa del derrumbe económico de las potencias del mundo, está llevando a la quiebra a las principales empresas de aviación, a las industrias de los países más desarrollados y a los estados, como el nuestro, que equivocadamente cifraron su economía en el petróleo, sin pensar en sembrar las ganancias que produjo en el sector agropecuario, en fomentar la explotación de energías naturales, como la solar, eólica o la del mar.

A los gobernantes de turno les interesó y convino utilizar esas ganancias en una mal concebida política, repartiendo bonos cuyos resultados positivos hasta la fecha se ven, a más de toda la corruptela que generó.

Nadie sospechó que este microscópico COVID-19, que pudo haber sido creado en laboratorio, ser producto de una mutación o el resultado de algunas costumbres gastronómicas, sea el causante de tener sometida a la humanidad, con la incertidumbre de no saber hasta cuándo dure esta anormal situación, que a más del desplome económico a todo nivel, está provocando angustia y desesperación en los ciudadanos del mundo.

En qué condiciones estarán las familias cuya existencia depende de la venta diaria de algún producto. No generan recursos porque no pueden salir a vender y si salen, no hay quién les compre.

¿Cómo hará el Estado para cumplir con sus pagos, principalmente en sueldos a sus funcionarios, si los ingresos por impuestos y petróleo están enormemente disminuidos? Los productores de banano, camarón, cacao, pitahaya, flores, etc., están severamente afectados, ya que las exportaciones están detenidas.

El sector turístico, transporte, comercio de todo tipo, se encuentra paralizado, consecuentemente no genera rentas. La situación es caótica.

Para aminorar sus efectos, debemos todos y cada uno de nosotros acatar las disposiciones emitidas por el Gobierno nacional y local, cumpliendo al pie de la letra