Existe un debate que nadie quiere asumir en la ciudad. 

Las playas de Manta están tan contaminadas, que se debería cerrar el acceso a los bañistas al agua.

La razón es que los niveles de coliformes fecales son demasiado altos, de acuerdo a estudios y normas ambientales.

En otros países, cuando aquello sucede, no dejan que la gente ingrese al agua. Acá ni siquiera se habla de eso, y es entendible, hay demasiado de por medio: el turismo, comercio y otras fuentes de ingresos de decenas de personas. 

Pero, ya que no es factible cerrarlas, al menos deberían acelerar la descontaminación del mar. El Municipio está haciendo algo al respecto. Trata de conseguir financiamiento para obras ambientales y de saneamiento.

Pero de todos modos el debate está allí. Hay que salvar las playas. Esto no puede seguir así. 

El problema inició en Los Esteros, se extendió a Tarqui y a El Murciélago. Ojalá no llegue a la zona rural de la ciudad.