Felizmente para la democracia esto no fue posible, algo les falló, según Lourdes Tibán impulsan la plática, piden la mediación de la ONU, aparece la figura inteligente, diplomática de Arnaud Peral, quien dio cátedra de conciliación; también tuvo valiosa participación la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
En octubre 13 se instala la mesa de diálogo. Expectativa nacional. Habla el señor Presidente y el decreto 883 fue derogado. El gobierno cedió con un argumento muy válido: ¡la paz!.
Llega el momento para la intervención del ciudadano Vargas, sus plumas son notorias, esto me recuerda aquellos “personajes” de las décadas del 60 y 70 que recorrían las ferias de los pueblos con un disfraz singular: plumas en la cabeza, pintura en la cara, culebra en el cuello y como arma principal la perorata que decía: “Yo no vengo a congratularme con las masas populares, ni vengo a quemar incienso en el altar de la mentira, nada más vengo a darte la gran pomada milagrosa elaborada en la profundidad amazónica, esta pomada está hecha con leche de tigrilla, pico de diostedé, uña de la gran bestia, agua de amansa marido, cebo de pantera traviesa, savia del árbol de caucho para que el miembro se estire y no se encoja en casa, etc.”. La venta del producto era buena, el personaje era pícaro, truhan, pero no agresivo, ni violento y el disfraz le lucía.
Los indígenas son nuestros hermanos, tienen derecho a la protesta, aun siendo minoría su opinión es respetable, pero no pueden imponer, propugnar la división del país con plan económico y ejército propio. El general Fabián Fuel dijo que el Ejército ecuatoriano es uno solo, único.
Un consejo, señor Vargas, no desplume a los pajaritos que dialogan con Maduro, Nicolás se puede enojar y los infiltrados se le van a retirar.