El especialista señaló que esta es una patología más frecuente de lo que se cree. 

Hasta los dos años de edad no se puede determinar la presencia de esta alteración, porque hasta ese entonces el pie del niño cuenta con un tejido adiposo (grasa) en la planta que hace confundir su forma. A partir de los tres años se empieza a desarrollar el arco plantar, y es allí donde ya se puede ir detectando este problema. 

Llanga dijo que hay dos tipos de pie plano: el flexible y el rígido. El primero es el más común, y es cuando el pie se vuelve plano al apoyarlo al suelo, pero al levantarlo vuelve a formarse el arco.

Se origina en la niñez en ambos pies, y su gravedad va aumentando a lo largo de los años. A medida que se va empeorando la deformidad, los tendones y ligamentos del arco pueden estirarse, desgarrarse e inflamarse. 

Mientras que el pie plano rígido no presenta arco plantar en ninguna circunstancia, y el dolor es constante. En los adultos las molestias aparecerán después, cuando se sobreutiliza el pie o se practica  algún deporte. 

Solo en algunos casos es necesario utilizar plantillas para mejorar este problema. 

Edson Serrano, traumatólogo ortopedista, señaló que es un mito que quienes tienen pie plano flexible no pueden realizar ejercicios.

Es recomendable que los padres no les pongan zapatos a los niños al menos hasta los dos años, para evitar que esto pueda generar la aparición del pie plano. 

RECOMENDACIONES.  Generalmente, el pie plano no supone un problema para caminar, pero es conveniente que en casa se realicen algunos ejercicios, como caminar de puntillas, andar descalzo por terreno irregular o por la playa..