Con paciencia infinita. Un estudio de la Universidad de Stanford se acercó al tema de la interacción entre niños y ancianos en esos sitios, centros mixtos (guarderías-residencias) y concluyó que el beneficio es bidireccional: mientras los adultos mayores contribuyen al bienestar de los jóvenes al ayudarlos a desarrollar competencias necesarias para su desarrollo, cultivan su propia autoestima y el sentido de contar con un propósito en la vida.