Actualizado hace: 938 días 23 horas 58 minutos
Walter O. Andrade Castro
El plan B

El Frente Cívico está en la ruta correcta. Manabí necesita un organismo que tenga objetivos claros, definidos con un lenguaje preciso, y con presupuesto, que lidere su reconstrucción que aún está muy lejos.

Jueves 15 Agosto 2019 | 04:00

Salir de una tragedia, como la que ocurrió en el 2016, no es una tarea de rápida realización. El mundo está lleno de ejemplos: de países que han hecho bien las cosas después de tragedias naturales, Chile y Japón, y de aquellos que han hecho mal, Haití y Nicaragua, para citar casos muy conocidos. Al final del día lo que se necesita es inversión oportuna y permanente para sacar del pozo en que cayeron comunidades por efecto de desgracias de la naturaleza. Por tanto, los manabitas debemos estar atentos a que no falten estos dos elementos.
Requerimos, entonces, que exista un flujo de dólares que ingresen a su economía para generar trabajo permanente con planificación concebida mirando nuestras necesidades y no pensada, creada e impuesta desde un escritorio de las alturas con desconocimiento absoluto de nuestra realidad. Y para esto se requiere unión, como ha dicho el asambleísta Celi. 
Pero, como sabemos, todo en este país requiere un trámite. Nosotros nos podemos poner de acuerdo en la creación del organismo provincial encargado de la reconstrucción, definir sus objetivos, que deben estar clarísimos, su tiempo de vida y establecer sus fuentes de ingresos. Y hasta podríamos hacerlo rápido en razón de la crisis post-terremoto que afecta a la provincia.
Después, todo iría a la Asamblea y allí puede pasar cualquier cosa. Se podría enmendarla tanto o generar controversias que tomaría tiempo aprobarla. Este es mi temor. Mientras tanto me parece que deberíamos diseñar algo, una especie de plan B.
¿En qué consistiría? Básicamente en tramitar leyes que generen beneficios exclusivos para las provincias afectadas por el terremoto. Se avanzó en esta línea con la Ley de Polos de Desarrollo Económico, promovida por el asambleísta Celi, con la Ley de Fomento Productivo. Pero invertir en zonas deprimidas quizás requiere más. 
Por ejemplo: habría que crear una ley para obras específicas: para construir caminos rurales, escuelas rurales y además un régimen especial que regule las relaciones de trabajo, un sistema de contratación específico de manera que la inversión, que es lo que buscamos, se concrete. 
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