Actualizado hace: 939 días 3 horas 22 minutos
La política bien entendida
La política bien entendida
Por: Solón Pinoargote Sánchez

Miércoles 24 Julio 2019 | 04:00

Fue Nicolás Maquiavelo, en la genialidad del “El Príncipe”, quien introdujo una mentalidad realista de análisis del poder en su adaptación, mejoramiento y medios para conseguir los fines sociales requeridos; y Platón, con su filosofía social y política empeñado en el buen manejo del aparato estatal, fue quien plasmara la idea en su magistral obra “La República”, con el afán de superar la decadencia en que había caído el Estado, asumiendo que no podríamos hablar de política sin antes pensar en la sociedad.

En la época del Renacimiento (siglos XIV y XV), el movimiento intelectual y artístico es el que hace resquebrajar el ya caduco pensamiento medieval, fraguándose con ello la ciencia moderna con ideas renovadas, pero siempre luchando contra el viejo orden pese a la persecución de sabios renacentistas como Giordano Bruno y Galileo Galilei. Se impuso la dialéctica del momento con su análisis socio-político razonado.  
En Ecuador han sido varios los personajes que a través del tiempo se han manifestado acerca del quehacer político a favor de los humildes de la Patria en términos sofistas; es decir como pensaba en la Grecia antigua la Escuela de los Sofistas, al mostrar una retórica sensible por la situación de los individuos y sus derechos en la sociedad.
Lamentablemente, en nuestra clase política la realidad es otra; la asume no como ciencia al servicio de las mayorías, ni como servicio a la colectividad en general, sino como un gran negocio que ofrece réditos económicos suficientes como para solventar sus gastos en el futuro. Pocos son los políticos doctrinarios que tenemos, apegados a la doctrina y al conocimiento de las ciencias sociales y políticas.         
Ecuador debería radicalizar las medidas y plasmar parámetros de exigencias para postularse a un puesto de elección popular; exigencias que se reducirían a saber que el postulante sea un profesional que se halle apto para desempeñarse en el cargo al cual postula, y no tener antecedentes de corrupción. Solo así podríamos pensar, a corto o mediano plazo, en un avance dignificante y solvente. Por el momento, da la idea de habernos acostumbrado a convivir con la corrupción, toda vez que ni el primer mandatario se escapa de la corrupción al encontrarse inmerso en actos de esta naturaleza. La política bien entendida es para brindar servicio a la comunidad, es ciencia y arte; y no para saciar venganzas conforme ocurre hoy en día. 
 
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Recomendadas para ti:

Más noticias