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Cruz Mera Vinueza
¿Y el acueducto pa cuándo?

El título es sugestivo y parangona con el popular género musical de Jennifer López tan escuchado en las radios “¿Y el anillo pa cuándo?”

Martes 09 Julio 2019 | 04:00

 El título es sugestivo y parangona con el popular género musical de Jennifer López tan escuchado en las radios “¿Y el anillo pa cuándo?”

La canción es harina de otro costal. Lo que los portovejenses debemos preguntar es ¿Y el acueducto pa’ cuándo? Parece que esta obra, de vital importancia para los habitantes de Portoviejo, está quedando en segundo plano, por no decir en el olvido. Han transcurrido ya casi 7 años desde que la Senagua entregó al municipio la consultoría o estudio.
Se anunció que en el 2013 sería una realidad. Se estimó, para aquel entonces, que la obra costaba 20 millones de dólares. Pero, pese a las gestiones realizadas, no se logró el financiamiento.
A través de acueducto, de 23 kilómetros de longitud, se aspira a captar agua en estado natural desde la represa Salazar Barragán, en Santa Ana, hasta la planta Cuatro esquinas, en Portoviejo. En los últimos años, producto de distintos procesos, la ciudadanía ha estado abastecida de agua potable con aparente normalidad, sin desconocer que hay días en que se paraliza la planta como consecuencia de los altos niveles de turbiedad. Esta situación, obviamente, se presenta en la etapa invernal. Y mientras se siga captando agua del canal abierto, la historia no cambiará.
Hace poco, en marzo del 2017, técnicos de Portoaguas informaban que la turbiedad llegó a 30.000 NTU, imposible para el tratamiento de potabilización. Y eso que Cuatro Esquinas ya cuenta con el presedimentador (incluido en el estudio) y el desarenador.
Es plausible la gestión que el alcalde Agustín Casanova está haciendo para conseguir, con aval soberano, del Banco Europeo de Inversiones un préstamo estimado en 100 millones de dólares, para dotar de agua potable a las parroquias rurales y cubrir lo que resta en las urbanas. Si se concreta hay que incluir el financiamiento del acueducto. De nada valdría tener un sistema enterrado si no hay agua potable.
El estudio, que fue pagado por Senagua, ha tenido cuestionamientos. Hay quienes dicen que lo correcto es traer el agua desde Poza Honda y no desde Salazar Barragán. Otros opinan que el acueducto hay que trazarlo desde la cuenca Mancha Grande-Riochico. Pero hasta el sol de hoy “ni Chana ni Juana”. Si hay que actualizar la consultoría hay que hacerlo. Lo inconcebible es que caiga en el ostracismo. Abramos el debate y que sea la técnica y los profesionales los que decidan la mejor propuesta. La naturaleza hace rato nos está avisando. Ella es benévola, pero también es cruel.
En conclusión, seguir captando agua cruda desde el canal abierto, construido por el CRM para dotar de riego a las fincas en tránsito, es una necedad. Las consecuencias nos pueden pasar factura.
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