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No todo está perdido
No todo está perdido
Por: Mariasol Pons C.
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Martes 11 Junio 2019 | 04:00

El asco supera los niveles normales cuando de escándalos de corrupción se trata; el nivel de saturación ya rebasó su cuota.

Los detalles acerca de recursos públicos mal gastados en los programas de reconstrucción post terremoto demuestran que quienes hacían eso no tiene ni siquiera respeto a la vida humana. 

Un ejemplo, entre muchos otros, fue gastar 30.000 dólares en videos “para subir el ánimo” de la población, cuando con ese dinero se pudieron hacer  6 casas temporales y evitar que la gente sigue viviendo en hamacas sobre las veredas. Los videos estaban hechos antes de contratar con el estado, según informa la investigación correspondiente, y no fueron utilizados por completo, es decir, una evidente mañosería. La recaudación fiscal para la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas superó los mil quinientos millones de dólares, sólo de pensar en el resto de recursos da vértigo.
Sobra detallar las necesidades que abundan en el país, lo que hicieron durante la década robada es imperdonable. Lo más grave es la crisis moral general de la que se venía hablando desde que el discurso polarizador del correísmo sembró la violencia y esa regla general de sobreprecios y castigo a la empresa privada. La cultura mafiosa propia de actos como el mencionado anteriormente desmotiva a un país que necesita prender todos los motores de pujanza y progreso para salir adelante, aprendiendo de los errores, mediante un sinnúmero de variables que en términos generales se basan en el respeto a los derechos individuales, las garantías judiciales para invertir, el trabajo y la creatividad.
Dicho esto, la educación no nos saca mañana del problema, ese es el fondo de todo, pero debido a su calado la respuesta es lenta. Necesitamos formar mejor a los jóvenes, informar con acuciosidad para que sean capaces de hacer tomar las mejores decisiones y sobretodo aprovechar los buenos ejemplos que vemos en nuestros compatriotas. 
El triunfo de Richard Carapaz en Italia, los triunfos que viene recolectando la selección ecuatoriana en el Mundial Sub-20 y todos los triunfos deportivos que hemos visto las últimas semanas deben servirnos de ejemplo que cuando las personas se dedican con disciplina y honestidad a lo que les gusta triunfan. Hay un montón de gente ejemplar alrededor nuestro, gente que se dedica a trabajar con rectitud, gente que aporta a la educación, gente que lucha con enfermedades catastróficas por años dejan tras su despedida lecciones de amor, generosidad y templanza inconmensurables.
El rescate de la identidad y los valores morales depende de cada uno de nosotros, enseñar con claridad que hacer un “negocio” donde ni siquiera puedes firmar tu nombre, ni presentar claramente los réditos del negocio indica que estás haciendo las cosas mal. Si fácil viene, fácil se irá. Busquemos ejemplos a  ser y seguir alrededor nuestro para así, motivar también a los más jóvenes en el tipo de país en el que queremos vivir.
 
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