Todo era optimismo, pues el rival era el débil Puerto Quito, uno de los últimos de la Serie B. 

“Esto será goleada y todo volverá a la normalidad”, decía Darwin Zambrano.

Sin embargo, a los dos minutos el equipo rival llegaba con peligro al arco de Liga. Pareciera que la Virgen de la Merced hubiera intercedido para que el delantero visitante no concretara en el arco de Jerónimo Costa.

La decepción volvió a rondar en la general, preferencia y tribuna del estadio Reales Tamarindos. Los hinchas universitarios notaban los errores de los cotejos anteriores. El enfermo no presentaba mejoría. Puerto Quito parecía el equipo local. 

 

Radiografía. En la delantera Liga (P) puso al argentino Lucas Di Yorio, un hombre de poco control de balón.

Durante el primer tiempo sus compañeros lo buscaron 16 veces, tanto a ras de piso como por arriba, sin embargo perdió la pelota 14 veces y en dos ocasiones la pasó al compañero que estaba más cerca. Nunca ganó un mano a mano. 

En el segundo tiempo lo buscaron otras 10 veces y perdió 8. 

Incluso en el último minuto del partido, erró un gol cuando recibió a dos metros del arco y solo, la envió a la luna.

Su compañero en la delantera, Víctor Corozo, tampoco aporta mucho. 

El medio campo fue manso. El entrenador Rubén Insúa puso a dos manabitas allí: Hugo Vélez y Marwin Pita. 

Vélez jugó a lo que sabe, intenta, la pide, la pasa, remata al arco, pero sin compañía, no puede más.

En el primer tiempo, luego del tiro de esquina de Puerto Quito la pelota quedó fuera del área, Vélez la tomó, pero en un radio de más de 30 metros no tenía un solo compañero.

El volante la lanzó y el rival recuperó. 

Pita las pocas veces que recibió la pelota la retrocedió al compañero que estaba más cerca. No aportó nada. 

Michael Chala cumple por su presencia física.

A la defensa no hay mucho que cuestionar. Defiende lo que puede, deben contener decenas de ataques en cada partido. El mejor hasta el minuto 12 era el central Freddy Bravo, una grata revelación. No espera al rival en su área sino que lo va a anticipar. Lametablemente se lesionó.

Era el minuto 12 y lo reemplazó Edwin Hurtado, un veteranismo defensa que hace lo justo para seguir en el fútbol. Intentó dar unos pases, pero ese no es su fuerte.

Los demás: Marcos Delpadre, Víctor Valarezo, Jonathan Carabalí y José Ardila se baten con los volantes y delanteros rivales, muy pocas veces pierden un mano y mano, pero es imposible contener tanto cuando el medio campo las pierde infantilmente.

En el arco Jerónimo Costa sacó todo, aunque, esta vez, sin delanteros exigentes.

En el segundo tiempo ingresó Facundo Quintana por Pita, el argentino le dio más movilidad al mediocampo, enfrentaba y driblaba, pero no termina la jugada.

No gana. También jugó Kevin Ushiña, quien no es ni la sombra del “hermano Korioto” que el año pasado volaba en el América.

Ante tantos malos resultados, los hinchas quieren cambios y la noche del sábado, con un ‘carnaval’ de goles frustrado, exigían la salida del DT Rubén Insúa.

El defensa Marcos Delpadre dijo que lamentablemente la pelota no quiere entrar. “Pero hay que apoyar a los compañeros, están un poco secos”, recalcó.

El presidente Roberto Rodríguez ratificó que Insúa tiene todo el respaldo.

Con este resultado Liga suma seis partidos sin ganar. 

Dos perdidos y cuatro empatados. 

Ya está en el sexto puesto, es decir lejos de los “play offs” donde participarán los cuatro primeros para buscar el ascenso.