Estos entretenimientos son propios de las comunidades y están relacionados con la cruz andina, símbolo sagrado de los pueblos kichwas en los Andes (representa la sabiduría de la vida ancestral interrelacionada entre los cuatro mundos).

En un espacio frente a la casa comunal, se acomodaron mesas para formar grupos de familias y empezar el concurso. 

Las mujeres organizadoras fueron quienes se encargaron de observar que cada juego se desarrollara con total transparencia, y así dictaminar a los ganadores. Al final, se incentivó a los participantes con premios, como juguetes para los niños, sacos y camisetas para los adultos, que fueron adquiridos con los propios recursos de quienes integran el colectivo.

Sisa Anrango, coordinadora de cultura de la organización “Warmi Yuyaykuna”, manifestó que el objetivo de esta actividad es rescatar los juegos tradicionales que se han ido perdiendo. 

“En esta época de mayo, cuando se cosechan las tortas, es importante incentivar a las nuevas generaciones a practicar este tipo de entretenimientos que nos enseñaron nuestros padres y abuelos, como una forma sana de interacción familiar”, aseguró. 

 

Tradiciones. Por su parte, Cristina Tixicuro, como presidenta del colectivo, señaló que esta actividad se hace en estas fechas y también en el Kapak Raymi, en diciembre. “De esta manera tratamos de mantener esta costumbre, que en la actualidad, por el auge del Internet y el celular, las nuevas generaciones van olvidando”, dijo.

Agregó que como organización de mujeres de esta comunidad vienen realizando varios eventos, para “dar a conocer los emprendimientos de esta población a través de ferias”.   

Según la dirigente, este tipo de juegos promueve el desarrollo mental, la motricidad, la comunicación y la amistad entre personas, es decir, además de la diversión es un medio cultural por el cual es posible fortalecer el intelecto y transmitir valores.

 

El juego en bomba. Para esta práctica, los amigos se reúnen en grupo y juegan con apuestas. Consiste en colocar en un círculo una determinada cantidad de tortas por igual entre todos los del grupo. Estas tortas deben ser sacadas del círculo con la semilla de torta más grande llamada “katsa”. A la vez, con esta “katsa” se puede matar a las “katsas” de sus compañeros de juego; si no quieren morir aún, ellos deben poner más tortas en la bomba. La persona que logra sobrevivir hasta el final es la ganadora, quien se lleva las tortas restantes del círculo. 

Con el sincretismo cultural entre lo religioso católico y la cosmovisión andina, al juego de las tortas coincidencialmente lo han relacionado con las vísperas de Santa Vela Cruz, que fue el 2 de mayo. De esta manera, en las casas donde se velaba la Cruz de Cristo se llevaba a cabo esta dinámica para entretener a los acompañantes y que no se durmieran, mientras el dueño de casa atendía con comida y bebida.