Este tribunal ordenó que el país no tomara todas las medidas necesarias para la ejecución, en cualquier parte del mundo, de una sentencia dictada en los tribunales ecuatorianos en contra de Chevron por la suma de 9.500 millones de dólares. Tanto el referido tribunal internacional holandés como las cortes de Estados Unidos de América han dictaminado que la referida sentencia ecuatoriana fue obtenida mediante fraude, soborno y corrupción. 

La decisión confirma las sentencias de dos instancias inferiores en dicho país que rechazaron las solicitudes de Ecuador.