Sus primeros estudiantes fueron los adultos mayores de su sector. “Les enseñé a leer y escribir. Aunque yo era muy joven, ellos me respetaban y tenían ganas de aprender, sobre todo, a firmar, para no tener que manchar sus dedos de tinta cuando hacían algún trámite”, recordó. 

Luego de las clases en su casa empezó a trabajar en una escuela municipal y posteriormente daba su cátedra en una academia. Actualmente es docente en la escuela Carlos Vélez Verduga, de El Carmen. Para llegar hasta donde está ha ido preparándose y a los 60 años cumplió el sueño de titularse como licenciada en Educación, dando un ejemplo de superación. 

Celebración. Al igual que Basurto, decenas de docentes coparon ayer el coliseo Eloy Alfaro, de Portoviejo, para celebrar su día con anticipación.

Jimmy Hernández fue uno de los maestros presentes, quien recordó las grandes anécdotas y satisfacciones que le ha tocado vivir a lo largo de los 38 años que tiene en esta profesión.

Una de ellas fue el recibir un abrazo de un joven militar que encontró en la calle, a quien en primera instancia no reconoció. Luego, el joven le dijo que había sido su alumno.

En otra ocasión, Hernández acudió al hospital del IESS de Manta por problemas cardiacos. “Yo no tenía un turno, pero estaba mal, de pronto salió un joven y me dijo: ‘mi profesor venga que yo lo voy a atender’. Es un cardiólogo que fue mi alumno y yo no me acordaba de él”, comentó.

Gina Lucas es otras de las docentes que ha vivido experiencias similares y destacó la importancia de recordar el Día del Maestro.

En el homenaje a los docentes de Portoviejo estuvo el viceministro de Educación, Alfredo Astorga, quien aprovechó  para felicitar a todos en su día clásico que se recuerda hoy.