Actualizado hace: 937 días 10 minutos
El Carmen
Fue por un perezoso y lo atropellaron

Tomás López (51) es miembro del Cuerpo de Bomberos y entre sus anécdotas cuenta cómo una camioneta lo atropelló.

Miércoles 10 Abril 2019 | 11:00

“Tomasito”, como lo conocen de cariño, lleva cerca de 14 años como bombero de El Carmen y constató en carne propia el peligro que enfrenta a diario en su labor.

Aunque no recuerda la fecha exacta en la que ocurrió el accidente, comenta que hace unos cinco años, por disposición del ECU-911, acudió junto con otros bomberos hasta el barrio Carmenses en Lucha a rescatar un oso perezoso.
El llamado fue en la noche y hasta el lugar también llegaron miembros de la Policía, ya que el animal era atacado a pedradas por algunas personas. 
Tomás señala que cuando llegaron al lugar lo primero que hicieron fue pedir a los ciudadanos que dejaran de agredir al animal, ya que iba a ser trasladado hasta su hábitat natural.
“No demoramos mucho en rescatarlo. Lo bajamos y lo pusimos en la camioneta, cuando empezó mi tragedia”, dice.
Tomás recuerda que mientras el animal estaba a buen recaudo, él se ubicó  en el costado izquierdo de la camioneta. De pronto, sin darse cuenta, una camioneta que rodaba sin frenos lo embistió, arrastrando también a un policía.   
“Yo no me di cuenta del carro. El policía sí porque saltó un poco y en algo esquivó el golpe, pero a mí me llevó de lleno”, recuerda.
LA MUERTE. En cuestión de segundos, Tomás estaba entre las llantas delanteras de ambos carros.
El protagonista de esta historia cuenta que tuvo a la muerte entre “la ceja y el ojo”, sin embargo reconoce que aquel día, la parca no se lo quiso llevar. 
Tras el accidente, sus compañeros lo atendieron pero “sentí mareo y el dolor en mis extremidades era intenso”.
La ambulancia de la institución, además de rescatar al perezoso, sirvió para trasladarlo hasta el hospital. 
Tomás perdió el conocimiento y después de ser atendido en el hospital básico El Carmen, lo derivaron a una clínica particular en Santo Domingo de los Tsáchilas.
El golpe más fuerte lo recibió en las piernas y los brazos, incluso cerca del codo izquierdo.
Una cicatriz le quedó como recuerdo de que aquel día “volvió a nacer”. 
La recuperación del bombero tomó varias semanas y cuando se reincorporó a sus labores, tomó más precaución.
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