La tarde del sábado Jaime Murillo, de 23 años, murió en sus brazos. 

El hecho ocurrió en la cooperativa Modelo. Jaime se suicidó ahorcándose en la parte trasera de la casa. 

“Es un dolor grande. Esto es duro, muy duro que no se lo deseo a nadie. Es la segunda vez que pierdo a un hijo”, afirmó el hombre. 

Recordó que su primera pérdida fue hace trece años. 

El primero de sus diez hijos fue asesinado en su casa por robarle. Él tenía 27 años. “Son casos diferentes, pero son hechos que duelen mucho. Trato de hacerme el fuerte”, expresó.

 

Con una soga. Murillo indicó que en los últimos ocho meses su hijo Jaime  intentó acabar con su vida por tres ocasiones.

“La cuarta fue la vencida. La primera vez tomó veneno, los dos intentos siguientes fueron con sogas, pero lo impedimos. Ayer (sábado) no sé de dónde sacó la cuerda, porque nos dimos cuenta que estaba inquieto y yo le escondí todo con lo que podría hacerse daño”, señaló. 

Todo fue en cuestión de segundos, “salí un momento de la casa a esconder cosas para que no se haga daño. No me demoré mucho. Al regresar escuché un ruido y lo fui a buscar y lo encontré colgado. Lo bajé, pero luego falleció”, acotó Murillo. 

Tanto él como sus demás familiares aconsejaban a Jaime para que se alejara de la adicción a las drogas. 

“Lo aconsejábamos para que salga de ese mundo. No queríamos perderlo, pero lo terminamos perdiendo. Durante el último mes se tiró al abandono”, asintió.

De su lado Diana Murillo, hermana, recordó que cuando dejaba de consumir era un chico muy alegre, divertido, cariñoso con los sobrinos.

“Nos hacía reir mucho, porque era divertido. Ahora está en una mejor vida”, declara.