Fue una enfermedad que le diagnosticaron hace poco y que el club ha tratado de llevar con el máximo silencio posible. Finalmente Caparrós decidió revelarlo públicamente.

 

Seguirá. ”Sabéis que me hierve la sangre roja; ha habido un pique entre la sangre blanca y la roja; tengo una “leucemia crónica”. Puedo hacer vida normal. Quiero disfrutar de mi profesión, no tengo tratamiento. Agradezco la oportunidad del club. Estoy más enchufado que nunca. No voy a hablar de este tema. Simplemente quiero que la gente se quede tranquila”, comentó Caparrós en rueda de prensa luego del encuentro de ayer.

“No me impide entrenar, no necesita ni tratamiento. Si confían en mí muchos más años no hay ningún problema, puedo seguir. Hoy hago esta declaración para que no haya más comentarios. No necesito tratamiento, estoy feliz y quiero decirle a mi gente que voy a dar mucha guerra”, concluyó.

Caparrós cogió al Sevilla hace tres semanas, tras la destitución de Pablo Machín por los malos resultados y debido a la eliminación de Europa League. Actualmente el equipo andaluz se encuentra quinto, a un punto de la Champions League. Por delante, siete jornadas para intentar clasificar al equipo sevillista para la Copa de Europa, una lucha donde están el Getafe, el Valencia, el Alavés y el propio Sevilla.