El hombre, de 52 años, fue asesinado con cuatro disparos en el recinto Aguas Blancas de la parroquia Zapotal, de Ventanas.
Párraga habría permanecido en el exterior de su vivienda donde fue sorprendido por los matones, luego ingresó a su casa y dentro del inmueble fue baleado.
La rapidez de los criminales no le permitió siquiera agarrar el machete con el que pretendía defenderse.
“El camino de ingreso a la vivienda del fallecido es de difícil acceso, no se puede ingresar en carro”, señaló Edwin Andrade, jefe encargado de la Policía en los Ríos.
Sepelio. La tarde de ayer Arnulfo Párraga fue sepultado en el cementerio Jardines de la Paz, de Quevedo.
Amigos y allegados de Arnulfo aún desconocen el motivos por el que lo mataron.
Horas antes del sepelio fue velado en la casa de su madre, Ana Muñoz, quien recordó que hace tres meses lo vio por última vez, en aquel entonces ella acudió a la finca a visitarlos.
“A él le gustaba pasar en la finca, ahí sembraba arroz, plátano, casi no venía a Quevedo, le gustaba vivir solo”, comentó la progenitora, indicando que Arnulfo era separado y tenía tres hijas.
El jefe policial indicó el móvil del crimen no fue un robo; “en el sitio estaban las pertenencias de la víctima, así como una cosecha de cacao, en el lugar no habían casas cercanas ni nadie que pueda informar qué fue lo que pasó exactamente”.