Sin embargo, comenta a sus 55 años de edad, que durante mucho tiempo no pensó como lo hace ahora, ya que conoció en carne propia lo que el alcohol y las drogas causan a las personas. Estuvo atado por las cadenas de los vicios y en un mundo oscuro por algunos años.

Asegura que tenía 15 años cuando conoció los vicios, y durante unos 18 años trajo el infierno hacia su vida y las de quienes le rodeaban, ya que lo veían cómo comenzaba a destruirse con sus propias manos, debido a que consumía las 24 horas del día y eso era lo único que le importaba.

Ese mundo lo llevó a quedarse solo a pesar de tener familia y amistades. Así, llegó a un punto degradante que lo alejó de la sociedad, y lo acercó más a la “suciedad”, porque todo giraba en torno al consumo que era parte de vivir diario.

Reacción. Carlos sostiene que eso lo llevó a darse cuenta de que ese mundo no era para él. Recapacitó y reaccionó, y dedujo que tenía que vivir de otra manera, debido a que la soledad de a poco lo estaba asfixiando.

Recuerda que solo fueron excusas las que lo llevaron a consumir drogas, en algún  momento pensó que fue falta de comunicación con sus padres, falta de orientación, el círculo de amistades que lo rodeaba, falta de criterio propio, de personalidad, presión de ciertos amigos, en algo influyeron para que se sumergiera en los vicios que hicieron que perdiera muchas cosas. Indicó que de joven fue un buen futbolista, jugó en la Liga Espejo, en la selección de Chone, e incluso un equipo de ese tiempo de la Serie B se había interesado por él, pero como estaba más concentrado en el consumo dejó pasar esa oportunidad de ser un buen deportista.

Proyecto. Barberán dijo que ahora tiene un proyecto para trabajar en la prevención, tratamiento, y rehabilitación de adolescentes, pretende crear una fundación, que le permita expandir el radio de ayuda. Por eso, espera presentar su proyecto al nuevo alcalde de Chone para que así se cristalice el sueño de ayudar a otros a salir de ese mundo oscuro y nada bonito.