El desafío busca rescatar el uso de esta prenda muy famosa en Manabí y además dinamizar la economía de los artesanos que la elaboran, dijo Elisa Mora, coordinadora zonal del Ministerio de Turismo, quien destacó que la primera jornada del día viernes fue muy buena, ya que cientos de personas lucieron su sombrero manabita con mucho orgullo.

Agregó que este viernes esperan una respuesta similar de los ciudadanos.

Pedidos. Los artesanos de sombreros de a poco sienten este reto. 

En El Milagro, de Picoazá, los integrantes de la Asociación de Promoción de Paja Toquilla señalan que tienen varias prendas en sus perchas para posibles clientes. 

Margarita García, una de las tejedoras tradicionales, dijo que ahora esta prenda la elaboran y le dan el acabado en sus propios talleres. Ella no sabe qué incidió, pero está segura de que ahora les piden más prendas de todos lados, el más reciente pedido es uno de 240 sombreros que requiere el Municipio de Portoviejo. Eso ha sido un espaldarazo a sus actividades, mencionó.