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Nuestra arqueología para la humanidad
Nuestra arqueología para la humanidad
Por: Alberto Miranda Vélez

Domingo 31 Marzo 2019 | 04:00

Los sitios arqueológicos más visitados del mundo son los que han obtenido la categoría de Patrimonio Cultural de la Humanidad, ello representa ser reconocido como uno de los hitos del planeta con valor excepcional para la humanidad. La “ciudad” de los Cerros Hojas-Jaboncillo y el sitio monumental de Liguïqui son dos enormes sitios arqueológicos del país que pueden alcanzar esta declaratoria universal, gestión que ya la están realizando los arqueólogos del INPC Marco Labrada y Juan Jijón, quien es el actual Director del Centro de Investigación Hojas-Jaboncillo.

Para Jaboncillo se sustentan los argumentos en que los antiguos manteños fueron capaces de cumplir un enorme reto: modificar el paisaje natural de imponentes montañas. Fue como domar a la naturaleza para servirse eficientemente de ella. Estudiaron el comportamiento de este ecosistema y entendieron sus misterios; con esa información escogieron qué terrenos intervenir y trazaron el audaz proyecto. Trasladaron miles de toneladas de tierra y piedra a pura fuerza humana para convertir el agreste terreno en terrazas apropiadas para cultivos y espacios urbanos  como casas, templos, talleres, plazas, caminos, silos y otros.
Desde las alturas, con ingeniería, no necesitaron proveerse del agua de los ríos, ni les afectaron las sequías y las inundaciones: crearon todo un sistema hídrico que parte de la captación del agua de las brumas y su distribución a través de canales que, por gravedad, se iba distribuyendo en la población y terrazas agrícolas. En ciertos puntos terminaban en reservorios que, una vez llenados, alimentaban a otros canales que seguían su función de distribución. También construyeron pozos de captación y para almacenar agua, así como albarradas.
El sitio de Liguïqui es conocido por sus excepcionales corrales marinos que se ubican frente a las costas del centro sur de la provincia. Se trata de alineaciones de piedras ubicadas  intencionalmente cerca de la orilla del mar, de tal  manera  que  al subir y bajar las mareas capturan peces y mariscos, práctica que hasta ahora continúa. Este sistema existe en varias partes del mundo, sin embargo en las costas manabitas tiene un valor extraordinario debido a que se han encontrado hasta seis kilómetros ininterrumpidos de corrales y de manera más dispersa llegan hasta el norte de la provincia.
El talento de nuestros antiguos habitantes nos vuelve a dar la oportunidad de decirle al mundo que esta tierra también es protagonista en la historia universal, con logros de ingeniería, mucha creatividad y comprensión 
de la naturaleza. Y eso que, aún, está todo por descubrir.
 
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