El funcionamiento básico de la máquina consiste en que un láser va solidificando un fotopolímero, un líquido con viscosidad, el cual fabrica partes tridimensionales capa por capa. 

Con el paso del tiempo fue avanzando esta tecnología y hoy se puede disfrutar de sus beneficios en campos como el de la medicina (con impresión de prótesis, órganos y fármacos) o en la moda con la impresión de prendas de vestir, calzado y accesorios.

 

Arquitectura.  Sin embargo, donde ha generado una gran revolución la impresión en 3D es en la construcción. 

Gracias al uso de gigantescas impresoras se ha logrado edificar desde refugios y casas, hasta puentes y monumentos. 

En la ciudad holandesa de Ámsterdam, por ejemplo, este año cuatro androides construyeron un puente. Los bots autónomos fueron construidos como soldadores mecánicos con antorchas que funden capa sobre capa de acero para formar un objeto sólido, dijo Tim Geurtjens, cofundador y director de tecnología de MX3D, empresa responsable del proyecto.

Pero este no es el primer puente construido de esta forma. En el 2016, Alcobendas (España) inauguró el primer puente peatonal del mundo fabricado con esta tecnología. En este caso se usó hormigón y el puente está dentro de un parque y es de uso peatonal. 

Sin embargo, años antes (2014), la empresa china Winsun presentó una urbanización con viviendas construidas a partir de piezas prefabricadas en 3D y después ensambladas. Un hito más grande se logró en junio del 2016, cuando otra constructora del gigante asiático, HuaShang Tengda, levantó una casa de 400 metros cuadrados en mes y medio. Y en esta ocasión mediante una impresora gigante. 

Hace poco en Estados Unidos se construyó el prototipo de un refugio ante desastres naturales, gracias a esta tecnología.

Además, en el 2018 la compañía holandesa de robótica MX3D presentó el primer puente de acero inoxidable impreso en 3D en el mundo. El puente fue creado para ser instalado en uno de los canales más antiguos y famosos del centro de Ámsterdam.