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Santo Domingo
La pesadilla continúa

La noche del jueves José Chamba, habitante de la cooperativa Santa Martha sector 5, escuchó un estruendo, pensó que era un trueno.

Domingo 24 Marzo 2019 | 11:00

Después de que el aguacero bajó su intensidad salió para ver qué era lo que sucedía y se llevó la sorpresa al ver un socavón de más de 20 metros de diámetro que se formó a unos tres metros de la avenida Jacinto Cortez Jhayya, frente a la capilla conocida como la “iglesia verde”.
“Esto estaba formándose hace unos días, pero por las fuertes lluvias de la noche del jueves, se hizo más grande y ahora la vía principal y varias casas están a punto de colapsar”, manifiesta.
 
El baipás, en cuatro días. Otro de los sectores donde se registraron daños fue en el kilómetro uno del baipás Quito-Quevedo, sector de la gasolinera Unitaxis, donde el colapso de una alcantarilla desmoronó por completo la carpeta asfáltica.
Ante este hecho el subsecretario del Ministerio de Transportes y Obras Públicas zonal 4 (MTOP), Iván Ganchozo, dijo que la vía estaría habilitada entre tres o cuatro días.
“Se colocará una alcantarilla emergente de 1.8 metros (1.800 mm), con el objetivo de drenar las aguas represadas”, se informó en un boletín de prensa.
Son aproximadamente 50 metros de longitud en los que se encauzarán las aguas de la quebrada.
 
Diez familias afectadas. En el asentamiento El Vergel, ubicado en la calle Capitán Byron Palacios, de la urbanización Las Palmeras, diez familias perdieron todos sus enseres después de la inundación sufrida por el taponamiento de una alcantarilla.
Este sector está ubicado a orillas del río Pove.
María Cagua fue una de las afectadas y la noche de los desastres tuvo que ser sacada en ambulancia porque se desmayó después de observar lo ocurrido.
“Yo solo quise poner a salvo a mis hijos, pero ya no me quedaron fuerzas y tuvieron que socorrerme. De los 29 años que vivo aquí es la segunda vez que me pasa esto. Perdí todo lo que tenía y ahora vivimos de la buena voluntad de los vecinos, autoridades y familiares”, manifestó.
Por otra parte, Sandra Fuentes, habitante de la cooperativa Villa Florida, donde también se taponó una alcantarilla e inundó cinco viviendas, sostiene que ha tenido que hospedarse en la casa de familiares y amigos.
“Solo me quedé con la ropa puesta, todo lo demás quedó bajo el agua. Espero poder salvar la refrigeradora y la lavadora”, sostuvo.
En este punto, maquinaria del municipio hasta el mediodía de ayer aún no destapaba la alcantarilla y el agua aún no estaba evacuada.
Debido a lo ocurrido el viernes se activó el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) y se informó que la provincia se encuentra en alerta naranja, para disponer de recursos las 24 horas. 
El Patronato Municipal entregó ayuda humanitaria a más de 40 familias.
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