“Fuimos campeones ese año, con el profesor ‘Pipa’ sabemos qué hace y que saca algunos goleadores, así que es más fácil para uno”, manifiesta Ávila. 

El jugador tendrá que “calzar” en el puesto que dejó Álex George, el máximo anotador de la serie B del 2018 con 18 dianas. 

“No sé si superarlo, George es un buen delantero, hay que trabajar duro, hay veces que uno no puede prometer goles si no que tiene que prometer trabajo y los goles vienen por añadidura, con la bendición de Dios”, manifestó el morlaco. 

 

Recorrido. Desde muy pequeño empezó a jugar en la parroquia El Valle, de Cuenca, tierra que lo vio nacer. 

Las divisiones menores las cumplió en Deportivo Azogues, donde antes de los 16 años debutó en primera B. 

Después fue a El Nacional, en el 2013, donde no tuvo mucha oportunidad de jugar, “pero sí de aprender mucho” con el profesor Carlos Sevilla. 

Un año más tarde debutó en la serie A en  Olmedo . 

Jugó en Espoli en la B para después pasar por el  Deportivo Quito, donde despuntó, sin embargo el tema económico de los “chullas” lo detuvo. 

Cumplió su sueño defendiendo la camiseta del equipo de sus amores, Deportivo Cuenca, por un año y medio. 

Ávila el año pasado jugó en  Macará de Ambato, donde no tuvo mucho espacio y buscó más ritmo en Clan Juvenil. 

A principios del 2019 tuvo conversaciones con un club extranjero, sin embargo no logró cerrar el contrato. 

“Sé que el trabajo es exigente acá, hay que ponerse al día la semana que viene”, manifestó el jugador. 

 

Por más goles. Por la salida de los delanteros Álex George y Óscar Belinetz, este año los puertoquiteños incorporaron a Byron Cano, quien no ha podido disputar ningún encuentro por sus lesiones, y a su único extranjero, Carlos Soza. 

El cuadro azulgrana solo ha anotado dos tantos en sus tres encuentros en lo que va de la temporada, fueron convertidos por el volante creativo Éder Valencia y el marcador derecho Tomás Escobar. 

“Se intentará estar muy bien, mejorar para estar fino y poder no solo romper las expectativas de la dirigencia sino de uno mismo”, culminó el ariete.